OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "¿Va en serio Rajoy contra la inmersión, o sólo quiere que haya ya investidura?"

Se han dado cuenta de lo callado que está últimamente Puigdemont? Ni vídeos, ni apariciones, ni entrevistas. Un par de tuits irrelevantes en toda la semana.

¿Qué le pasa al prófugo que ya no se manifesta? ¿Cómo de evidente va siendo para él que está al final de la escapada?

Bueno, la pregunta del día no es ésa. La pregunta del día es si Rajoy va en serio. Si lo del castellano va en serio o sólo está dando combustible al sector antipuigdemónico del independentismo catalán?

Dices: ¿Rajoy ayudando a los independentistas que quieren deshacerse de Puigdemont? ¿Cómo? Bueno, dándoles argumentos para resolver de una vez la investidura y que sea válida. El argumento más sensible que pudiera existir: o investís de una vez un presidente lícito o le meto mano a la inmersión lingüística. ¿El qué? La lengua que se emplea de manera preferente en la escuela. La vehicular ahora es el catalán, y la forma de cambiar eso es dar la opción a las familias de que escojan para sus hijos el español. Es decir, eso que siempre predica el gobierno de hacer cumplir las sentencias del Tribunal Constitucional pero que, en esta materia, nunca se ha hecho. El alto tribunal ya dijo que deben ser las dos lenguas oficiales las que sean vehiculares. Pero nunca, hasta ahora, Rajoy ha querido meterse en ese lío.

La duda es si ahora sí que quiere o si estamos ante una maniobra táctica. Hacer creer que va a emplear el 155 para acabar con la inmersión lingüística para que a los puigdemones les entren las prisas por resolver ya la investidura.

Lleva cuatro meses en vigor el 155 y nunca hasta ahora el gobierno había mostrado en cambiar nada. Ni en esta materia ni en ninguna otra. Aplicó el artículo para destituir a Puigdemont y parar el golpe a la legalidad constitucional. Pero después de eso, y con la excepción de Sijena que fue cosa de un juez, no ha querido tocar una sola tecla sensible.

¿Qué ha cambiado ahora? Según el gobierno, que hay que tomar decisiones para garantizar el buen funcionamiento de la administración catalana. ¿En serio? Hay algunas pistas que indican que más bien podría tratarse del afán por resolver de una vez lo de la investidura para poder levantar el 155.

• Primera pista: el anuncio de que el gobierno está dándole una vuelta a lo de la casilla del castellano se hizo de manera rara rara rara, con un secretario de Estado diciendo que están mirando a ver si podría hacerse algo.

• Segunda pista: el anuncio se hizo el mismo día que Marta Pascal, dirigente del PDeCAT enfrentada a Puigdemont, urgió en La Vanguardia a formar gobierno dentro de la legalidad y el Estatuto. O sea, sin telemaquia.

• Tercera pista: fíjense quiénes han sido los primeros independentistas en darle bola al anuncio y proclamar lo terrible que sería que eso pasara. Tardá y Xuclá, diputados de Esquerra y el PDeCAT en Madrid con buenos cauces de comunicación con el gobierno y beligerantes contra Puigdemont.

Sería tan grave tan grave que hay que formar gobierno cuanto antes. Sin Puigdemont, se entiende.

Habrá que ver en qué queda el anuncio. No vaya a ser que se le dé hilo a la cometa de la casilla del castellano en la matrícula, se ilusionen los padres (que los hay) que llevan años peleando por tener esa oportunidad y se queden con un palmo de narices cuando se invista a un presidente independentista y al gobierno se le pasen el fervor por hacer cumplir la sentencia del Constitucional sobre las lenguas vehiculares en la escuela.

Festival de zurriagazos, ayer, a Albert Rivera en boca del presidente del PNV Ortúzar y en este programa. No es qué dijo. Es qué no dijo.

Talibán, Berlusconi y principal problema de España. Todo eso es Albert Rivera para el Partido Nacionalista Vasco. Lejos de sentirse injustamente atacado, a Rivera al saber ayer de esta entrevista le entraron ayer muchas ganas de enviarle a Ortúzar un jamón. Qué otra cosa puede ansiar Rivera que ser la bestia negra para el independentismo catalán, el nacionalismo vasco y el Partido Popular todo a la vez.

Ayer, por cierto, la lió en twitter el que fue portavoz de la CUP, Antonio Baños. Que quiso hacer una gracieta desdeñosa por la asistencia del periodista Enric Juliana a una mesa redonda sobre la cuestión catalana en Sevilla. Escribió: "El amigo Juliana participando en foros de gran rigor intelectual: pisha, ezplicando el embrollo catalufo antes de tomarce un fino". Le llovieron críticas por burlarse del habla andaluza, o del acento. Pero lo revelador no es que haga guasa sobre la forma de hablar de los sevillanos (o la que él cree que es su forma de hablar), lo revelador es que un señor de la CUP considere imposible que un foro sobre la cuestión catalana en Sevilla no puede tener rigor intelectual. Esto es: la arrogancia de quien considera que el rigor intelectual lo tiene su tierra en exclusiva. Esto tan descriptivo de pensar que un debate de altura sobre Cataluña sólo puede ocurrir en Cataluña. La legendaria ignorancia sobre la realidad del resto de España de algunos independentistas que se pasan la vida reprochando a los demás que no conozcan la realidad de Cataluña. No lo llamen andaluzo-fobia, llámenlo pasarse de listo.

Regresado de la noche de los tiempos, aquí está José Blanco, hoy eurodiputado y antes ministro del gobierno Zapatero. Blanco justificando que él prefiera al irlandés antes que al español De Guindos para el Banco Central Europeo.

Mira que estudió inglés cuando le hicieron eurodiputado, pero a Lehman Brothers me le sigue llamando Lemon Brother. El hermano Limón.

A Blanco, ministro de aquel gobierno que no vio venir la crisis, siempre le perdió la hipérbole. Ayer convirtió a Luis de Guindos, lo han oído, en el responsable que quebrara Lehman Brothers. Hombre, Blanco, vamos a ver: Lehman quebró porque estaba hasta las trancas de hipotecas subprime en los Estados Unidos y porque al ministro de Economía de Bush, el señor Paulson, le pareció —en coherencia con su fe liberal— que el Estado no estaba para andar resolviéndole los problemas a un banco privado a costa de los contribuyentes. Lo dejó caer y se armó el cristo financiero aquel que según Zapatero nunca iba a sacudir España porque nuestro sistema bancario era modélico.

Que De Guindos trabajara en Lehman Brothers España no le convierte en responsable del hundimiento de los Hermanos Limón. Como haber sido ministro de Zapatero no convierte a José Blanco en responsable de que Europa estuviera a punto de mandarnos a tomar viento. Y ahí está de eurodiputado, cuatro años ya, sobreviviendo a la crisis y sobreviviendo malamente a Pedro.

Los expatriados del PSOE de antes, Blanco, Jáuregui, Elena Valenciano, son bien conscientes de que les queda un año de vida política. Sánchez no les perdona. La vacante que queda ahora en la presidencia en el grupo socialista europeo no la ocupará Valenciano. Ella dijo que no se postularía si no tenía el apoyo de Ferraz y a estas horas ya sabe que, en efecto, ni lo tiene ni lo va a tener nunca.