OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Pedro mutante Sánchez ya estuvo muerto, pero evoluciona como un Pokémon"

Pedro Sánchez debe de ser familia de los Pokémon. Le pasa lo que a ellos: evoluciona. Y no una vez, ni dos, sino las que haga falta. Es capaz de evolucionar varias veces y en varias líneas evolutivas al mismo tiempo. Hay quien se lo critica duramente, claro: por incoherente, por insolvente, por veleta. Pero en la selva de la política sobrevivir tiene un gran mérito.

Carlos Alsina | @carlos__alsina

Madrid | 27.10.2017 23:28

Los partidos políticos son las islas Galápagos que visitó Darwin. Y sus dirigentes, los pinzones. Especies distintas de un mismo pájaro. Aquí sobrevive, como dijo Darwin, el que mejor se adapta. Y Pedro, que es una rara especie de superviviente que, en realidad, ya estuvo muerto —el regresado del infierno, el redivido, Pedro el resucitado, el Lázaro rojo que tiene de los nervios a la cada vez menos viva Susana—, es un hombre que ha aprendido a adaptarse a sus circunstancias cambiantes. Pedro mutante. Ha ido cambiando de socialista medio liberal de la escuela Sebastián-Sevilla a látigo del neoliberalismo y crítico de la socialdemocracia. Hace tres años gustaba de verse ubicado en el centro izquierda y ahora sostiene que el centro nunca ha existido.

Pedro es pokémon y, como él mismo dice, evoluciona. Tiene derecho a la evolución permanente, como cualquier pinzón, criatura. En casa Évole dijo aquello de que no habría manera de que el PSOE regresara al gobierno sino era de la mano con Podemos y ahora levanta el pie y se declara capaz de llevar al partido al gobierno sin casarse con nadie. Aún no llega a llamar a Iglesias antisistema o populista extremo (eso era en 2014) pero sí a tachar a Podemos de rupturista en contraste consigo mismo, que se considera reformista. La música que viene sonando de Francia: reforma frente a ruptura, Macron frente a Le Pen y Melenchon. Todos somos Macron es la nueva cantinela europea.

Pedro se personó ayer en Madrid, arropado por los pocos leales que le siguieron al desierto (y arropado por sí mismo, porque se puso en mayo una bufanda excesiva), para estrenar la última versión de su proyecto para España —que como el propio Pedro, también evoluciona de una semana para otra—. Él ya no insiste en lo de la nación de naciones. Ahora dice que Cataluña es nación, pero cultural. Como el País Vasco. Arriesga poco porque eso ya lo dio por bueno el Constitucional cuando bendijo el preámbulo del Estatuto catalán, aquella obra de ingeniería conceptual que parieron Zapatero y Artur Mas en sus citas nocturnas de la Moncloa y que pasó la ITV de los magistrados. Con Cataluña, como con Podemos, ha oficiado Pedro las bodas de Canaá pero al revés: ha convertido el vino en agua.

Sánchez levanta el pie mientras Susana flojea. El lunes hay gran velada en Ferraz. Pelea de barro a una sola vuelta.

Hace dos años Pedro era demoledor con Rajoy porque no daba ruedas de prensa —el plasma, cuánto daño le hizo a Rajoy aquello de andar huyendo de la prensa— y ahora es Pedro quien pasa olímpicamente de responder a las preguntas de los periodistas que cubren sus actos. Pedro pokemon ha evolucionado a Pedro plasma.

Y admitamos que es verdad: cuando imputan al ex gobernador del Banco de España la noticia tiene mucho más alcance, más eco, más tinta y más minutos de radio que cuando el mismo ex gobernador queda eximido de ser juzgado. Caso Bankia.

El juez Andreu no ha cambiado de criterio. Hizo lo que le había ordenado la Audiencia, imputar a Fernández Ordóñez, Mafo, e interrogarle, pero una vez hecho eso, ha vuelto a su tesis de siempre. Que no hubo responsabilidad penal alguna del máximo responsable del Banco de España. Y máximo supervisor de las cuentas de los bancos.

Ya dijimos que el hecho de imputar a Mafo no presuponía que lo fuera a terminar acusando de nada. Mucho menos que terminara sentado en el banquillo. O que Andreu fuera a hacer suya la interpretación de que aquella salida a bolsa no fue sólo una decisión de la compañía, sino una operación salvamento decidida y alentada desde el Palacio de la Moncloa. Andreu no ve culpa alguna por encima de Rodrigo Rato y el resto de la cúpula del banco.

A los tres jueces del órgano judicial superior le parecieron relevantes, lo recordamos, los correos del inspector empotrado en Bankia en los que alertaba del error de salir a bolsa, pero al juez Andreu, escuchado el inspector en aquella declaración un tanto incómoda en la que se echó a llorar, no ha visto que sus correos fueran determinantes ni que pueda darse por hecho que Mafo estaba al tanto de ellos. Porque no se juzga si era acertado o no salir a bolsa, sino si hubo manipulación y falseamiento de las cuentas. Que es, dice el juez, otra cosa.

Naturalmente este criterio tampoco es definitivo. Lo previsible es que alguna de las acusaciones recurra el auto y le corresponda otra vez al órgano superior confirmar o corregir la postura del magistrado. De manera que…no saquen todavía las últimas conclusiones.

Es inédito, sí, pero sucedió ayer en este programa. Un fiscal general del Estado disculpándose con el número dos del ministerio del Interior porque sus subordinados, los fiscales anticorrupción, han dado a entender que se chivó de una investigación secreta de la Guardia Civil.

La jefatura de la fiscalía no sólo exculpa a Nieto sino que se disculpa con él, por la negligencia cometida. Expresamente dijo aquí el fiscal general Maza que la disculpa la presentaban también los dos fiscales del caso Lezo, autores del escrito que ha dado pie a la tormenta de esta semana. No estaban queriendo decir que Nieto fuera responsable de nada. Fue un error.

Lo que pasa es que luego han aparecido unas fuentes jurídicas que le han dicho a la Cadena Ser que no fue un error. Que sí querían señalar al señor Nieto como sospechoso de largar lo que no debía. ¿Quiénes querían? ¿Los fiscales que hicieron el escrito? Según esta información, ellos dos se ratifican.

Miren, esto de uno dice, el otro desdice, el uno re-desdice es un despropósito en una institución como ésa.

Las fuentes anónimas son muy razonables cuando lo que cuentan es información sensible o aportan datos desconocidos y relevantes. Fuentes jurídicas, no pueden permitir que se sea quiénes son. Ahora, para participar en un debate, un intercambio de opiniones, en una tangana que es en lo que se ha convertido esto, lo razonable es saber quién dice cada cosa. Esto de las fuentes jurídicas está sirviendo para decir cualquier cosa a sabiendas de que quien lo dice no asume responsabilidad alguna por decirlo. El encontronazo ha llegado a tal punto que el burladero ya molesta.

Las fuentes que aporten datos y pruebas. Para emitir opiniones no se inventó la confidencia.