EL INDULTADO DE RUBÉN AMÓN

Rubén Amón indulta a Pepe Álvarez y Unai Sordo: "Los identifica su oportunismo y su agonía"

Desde esta magistratura radiofónica no creo haber indultado nunca una pareja. Ya me hubiera gustado ordenar el exterminio de Pimpinela. O de haber canonizado a los hermanos Coen, pero esta es una sección de filantropía que condesciende con sujetos en agonía, acaso como puedan serlo Unai Sordo y Pepe Álvarez en el umbral del 1 de mayo.

Rubén Amón | @Ruben_Amon

Madrid | 30.04.2018 09:49

Que fue su fiesta hasta que los sindicatos, como los obispos, desaparecieron del hábitat nacional. Los tiempos del megáfono y de la chupa se cuero. Las épocas en que las huelgas generales eran huelgas en general. Y no amenazas de repertorio.

Tratan Sordo y Álvarez de reflotar CC.OO y UGT, pero les sucede lo que les ocurre a los partidos elefantiásicos. Han perdido la credibilidad. Y más que perdérsela, se han buscado su desprestigio. Por el uso fraudulento de las tarjetas black. Por la implicación de los ERE. Por la rivalidad callejera de Podemos. Por la estafa millonaria del compañero Fernández Villa en Asturias. Y porque las movilizaciones callejeras recelan del oportunismo de los sindicatos.

Ha podido observarse con las manifestaciones de los jubilados. Comisiones y UGT intentan protagonizarlas con más ahínco que resultados, pero los identifica su oportunismo y su agonía. Tan evidente que han perdido una cuarta parte de sus afiliados en los últimos cinco años.

Desde luego, la mejor manera de recuperar la reputación no pareció consistir en adherirse a la manifestación barcelonesa que clamaba hace unas semanas por la libertad de los presos políticos.

Se significaron UGT y CC.OO con el lacito amarillo, no ya provocando un trauma en sus propias filas mesetarias, sino frivolizando con sus años de oposición y clandestinidad, cuando había presos políticos de verdad y cuando los sindicatos fueron aclamados como expresión de la catarsis democrática.