Monólogo de Alsina: "Se abre el telón"

A esta hora, ya está abierta la puerta para que empiecen a desfilar por el patio del Congreso los 350 diputados que tienen en su mano elegir al presidente de esta cámara (presidenta, salvo sorpresa) y al presidente del gobierno de España si es que esta vez, a diferencia de la legislatura anterior, son capaces de alumbrar algún tipo de acuerdo.

En el capítulo de ayer, a esta misma hora, les decía que lo que sucediera aquí, cuando se vote quién preside el Parlamento, nos daría una pista de lo que puede pasar el día que se vote lo gordo, la investidura.

· Y lo que hoy sucede ya aquí es que Ciudadanos ha pactado con el Partido Popular hacer presidenta del Congreso a Ana Pastor Julián a cambio de dos sillones de nueve en la mesa del Congreso.

· Lo que sucede ya hoy aquí es que el partido que ha conseguido pactar, en este primer , envite es el PP y quien no ha sido capaz es, a día de hoy, el PSOE.

· Y lo que sucede ya hoy aquí, en fin, es que Convergencia Democrática también le va a echar una mano al PP para que Ana Pastor pueda presidir el Congreso. ¿Cómo? No sumando sus votos al otro candidato que quede vivo en la primera votación. Camino despejado.

Primeras conclusión, antes incluso de abrir formalmente la legislatura: a Ciudadanos, diga lo que diga, sí que le importan los sillones. Los dos que ha conseguido a cambio de su voto a Pastor. Pudo haber escogido Albert Rivera hacer presidente a Patxi López. Pudo haber hecho posible que el presidente del Congreso fuera de un color político distinto al del gobierno —esto, en enero, le parecía un signo de salud democrática— pero eso le habría reportado menos peso en la mesa de la cámara del que ha conseguido decantándose por el pacto con el PP.

Está subrayando el partido de Rivera que su influencia ya ha empezado a notarse porque desecharon los nombres de Fernández Díaz y Cospedal y aceptaron, porque les gusta más, el de Ana Pastor. Bueno, dijeron no a un ministro amigo del presidente y a la secretaria general del partido del gobierno para decir sí a una ministra que no sólo es amiga personal del presidente, es lo más parecido a una hermana gemela de Rajoy. Con mejor prensa, desde luego, que Fernández Díaz, y con fama de tener cintura para la negociación y los acuerdos. Pero siamesa de Rajoy: no se le recuerda una sola ocasión en que estuviera en desacuerdo con el presidente, o en que se supiera. De manera que, si sale elegida esta mañana, Rajoy se asegura sintonía plena, línea directa, con la presidencia del Congreso. Que en una legislatura como la que se presenta, no es poca cosa.

Si sale elegida, porque sobre el papel aún cabe la posibilidad de que no lo sea. Si en la segunda votación, cuando haya que escoger sólo entre ella y Patxi López, todos los grupos que no son ni PP ni Ciudadanos apoyaran a López, éste ganaría. Pero de las pistas que dieron anoche los interesados no se deduce que eso vaya a pasar.

Segunda conclusión, que un nuevo cambio de criterio de Ciudadanos que le lleve de abstenerse a votar sí a Rajoy no puede descartarse. Y que Sánchez sigue esperando a que suceda algo que le permita a él revisar la postura que tiene anunciada. Ayer animó a Rajoy a ser más flexible en su forma de gobernar. Si es una invitación a dar una razón para facilitarle que siga, fue lo bastante tibia como para no haber cosechado reacción alguna.

Más interés mereció a sus diputados menguantes esta otra cosa que les dijo a puerta cerrada: que que es hora de rehabilitar políticamente a los independentistas catalanes como posibles socios. Pero no dijo de quién. Algunos de los diputados que le oyeron interpretaron que sigue sin cerrar la puerta a su propia investidura (con los independentistas si se prestan). Otros lo que entendieron es que está suspirando porque sea Convergencia la que se abstenga en la investidura para que, así, el PSOE no tenga que comerse el sapo de hacerlo.