OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Una semana después, la Armada argentina confirmó la palabra maldita: 'explosión'"

Amarga mañana en la que estamos escuchando cómo suena el final de la esperanza.

@carlos__alsina

Madrid | 24.11.2017 08:09

Iniciábamos semana el lunes reflexionando sobre la muerte, ¿se acuerdan? A raíz del fallecimiento, en Buenos Aires, del fiscal José Manuel Maza. Todo aquello que no depende de nosotros. Esa circunstancia, casi siempre ajena, que se nos cruza de pronto y pone fin a lo que éramos. Vivimos haciendo planes de futuro, aun sabiendo —porque claro que lo sabemos— aun sabiendo que no está en nuestra mano, no sólo está en nuestra mano, que se cumplan. Está todo eso que puede suceder y que ignoramos.

Luis Alberto Niz, cabo primero de la Armada argentina, veinticinco años, iba a haberse casado el próximo día siete con Alejandra. Que también es cabo en la Marina. Y que lo esperaba en Mar del Plata.

La historia del submarino San Juan que les hemos ido contando esta semana día a día.

El sonido de la verdad que se abre camino y arrolla, al hacerlo, la esperanza.

Se llama Jésica. Es la esposa de Fernando Gabriel Santilli, cabo principal. En su cuenta de twitter escribió ayer estas dos palabras: “adiós, amor”. Desde hace tres días siente —no sabe explicar por qué, pero sí sabe lo que siente— que la vida de Fernando se terminó.

Fue antes de que se confirmara la explosión. Fue antes de que se desmintiera la existencia de una boya. La existencia de llamadas. La existencia de bengalas. Antes de que anteayer empezara a cundir entre las familias la sensación de que no estaban esperando noticias. De que estaban ya velando, en ausencia, los cadáveres.

Se llama Helena Alfaro y es la hermana de Cristian David Ibáñez. Cabo principal, como Fernando. Esperando el milagro. Sabiendo que sólo podría cambiarlo todo el milagro.

El tiempo se iba acabando. Ayer nos lo contaba el marinero Horacio Tobías, que fue jefe de máquinas del San Juan.

Cuarenta y tres hombres. Y una mujer. La teniente de navío Eliana María Krawcyk.

Partieron el lunes de la semana pasada de la base naval de Ushuaia, en Tierra del Fuego. El plan era navegar siete días hasta alcanzar la otra base, Mar del Plata. Para el domingo los esperaban.

Los planes que hacemos, y que no están (sólo) en nuestra mano.

El tercer día de navegación sucedió todo. Miércoles, 15 de noviembre. Sólo con el paso de los días se ha ido pudiendo reconstruir lo que sucedió aquella mañana.

Miércoles, 15 de noviembre.

Lo primero, la llamada. Que hace el capitán Fernández a la base para informar de una avería en el sistema eléctrico.

Han fallado las baterías, pero no parece que la avería sea grave. El capitán no lo sugiere. El sistema eléctrico está duplicado. La propulsión, aunque a menor velocidad, no tiene por qué verse afectada.

Tres horas después, el fuerte ruido en la zona desde la que se ha realizado la llamada. Golfo de San Jorge. La anomalía hidroacústica que confirmó el portavoz de la Armada anteayer…

…y cuyo origen se confirmó oficialmente ayer: la palabra maldita, “explosión”.

"Explosión" es la palabra que nadie quería escuchar. Explosión es lo que sucedió en el submarino ruso Kursk. Explosión, en inmersión, es lo que acaba con las posibilidades de que la nave pueda emerger, o desplazarse, o renovar el aire para mantener con vida a sus tripulantes, si es que estos han sobrevivido a la…explosión.

¿Cómo ha podido confirmar ahora la Armada algo que se produjo ocho días atrás? ¿Cómo y por qué ahora, y no antes?

La respuesta a la pregunta no está en Argentina, sino en Austria. Sede de la Agencia Internacional que vela por la Prohibición de los Ensayos Nucleares. A ella le solicitó el embajador argentino que analizara el sonido del fondo del mar el día, y en la zona, donde había desaparecido el San Juan.

Este análisis acústico es el que avala que se produjo la explosión. El estetoscopio de los fondos marinos, como dice el embajador Grossi, es el que ha aportado la primera respuesta firme al qué pasó y, a la vez, el desmentido definitivo a todos los falsos indicios que durante la semana fueron surgiendo, y les fuimos contando, de llamadas, de ruidos, de bengalas. Falsos indicios y desmentidos verdaderos.

Y ha sido así como la falta de señales, que los primeros días aún podía alimentar la hipótesis de que nada grave, en realidad, le había sucedido al submarino —de que seguía naveando, aun sin teléfono por satélite—, se ha acabado convirtiendo en indicio de todo lo contrario.

Sin noticias doce días después de partir de Tierra del Fuego. Los cuarenta y cuatro del San Juan. Para rezar por ellos se reunieron ayer varias decenas de personas en Mar del Plata.

ARA San Juan. La historia que empezó un 15 de noviembre y cuyo final ha empezando a escribirse en esta nueva jornada.

Aún no se han celebrado las elecciones catalanas pero ya está el personal pensando en pactos y alianzas para luego. Se da por hecho que ningún partido obtendrá la mayoría absoluta. Se da por hecho que Esquerra y el Puigdecat pactarán si les sale la suma para hacer presidente ya veríamos a quien, porque hay más de un aspirante al puesto. Genera más dudas la postura de los partidos constitucionalistas si es que existe la posibilidad de que la alianza independentista no sume.

Ni el PP ni el PSOE están por la labor de hacer presidenta a Inés Arrimadas. El PSOE, de hecho, sólo está por la labor de hacer presidente a Miquel Iceta. Pedro Sánchez, ayer en TVE, cerró todas las demás opciones.

Ni independentista ni de derechas. Pues hombre, te queda sólo Domeneq. E Iceta, claro. El candidato que se presenta a sí mismo como transversal y que ha metido en su lista a Ramón Espadaler el de Unió Democrática, que para Sánchez no debe de ser de derechas, aunque lo sea.

Los socialistas acarician la posibilidad de hacer presidente a Iceta aunque sea en minoría, con el respaldo de PP y Ciudadanos y la ayuda de los colaus. Y el PP lo que no tiene es el menor interés en darle cancha a Ciudadanos, que le está comiendo el voto no sólo en Cataluña.

Los de Albiol andan en retroceso en las encuestas ante la subida de sus dos competidores constitucionalistas. En el otro lado, la CUP también mengua y va para arriba el PuigDeCat.