Opinión

Monólogo de Alsina: "El Govern lo negó tres veces, pero ahora se publica que la CIA sí avisó a los Mossos"

Les voy a decir una cosa. Lo negaron los tres. Puigdemont. El consejero Forn. Y el jefe de los Mossos Trapero. Pero El Periódico de Cataluña insiste con la información: el aviso que recibió la policía autonómica en mayo de la existencia de riesgo de atentado yihadista específicamente en La Rambla. Procedente de los servicios de inteligencia de Estados Unidos.

Carlos Alsina | @carlos__alsina

Madrid | 31.08.2017 07:55

El pasado día 17, apenas una hora después del atropellamiento, El Periódico divulgó que los Mossos habían sido alertados por la CIA. Hoy explica Enric Hernández que la información sobre ese aviso la tenían desde el mes de junio y les fue corroborada por dos fuentes fiables del gobierno catalán. Y que al producirse el atentado ataron cabos y decidieron difundirla.

Catorce días después, lo que hoy aporta el diario es el texto que tenía aquel aviso. Un documento que reproduce en primera página y que consta de apenas nueve líneas. Dice: “Informacion no corroborada indica que Estado Islámico planeaba llevar a cabo ataques terroristas contra emplazamientos turisticos de Barcelona, especificamente la Rambla”.

Sobre el documento han surgido algunas preguntas, de la mano de Assange, el de Wikileaks: dice que hay aspectos que hacen dudar de su veracidad: la palabra “nota” en lugar de “note”, escribir Iraq con “k” y no con “q”, decir ISIS en lugar de ISIL. Como si el texto se hubiera escrito en español y traducido luego al inglés.

La controversia sobre la existencia de este aviso, que habría justificado la colocación de bolardos en la Rambla, viene de lejos. Estas dos últimas semanas se le ha preguntado al presidente Puigdemont y al consejero Forn. Y los dos han dicho lo mismo: que no existe relación de los mossos con los servicios de inteligencia estadounidenses.

Antes de que el consejero lo atribuya al empeño de la prensa madrileña por desmerecer el trabajo de los Mossos, subrayemos que es El Periódico quien lo difunde. Y que es el gobierno catalán quien tendrá que responder del asunto. Con una pregunta sencilla que se hace el director del diario, Enric Hernández: “Si existía riesgo de atentado específico en la Rambla, ¿por qué nadie pensó en poner bolardos?

Ni frío ni calor. El pleno parlamentario de ayer fue un desperdicio. Ni pasará a la historia de nuestra vida política, ¿verdad?, ni pasará siquiera a la historia del caso Gurtel. Con los miles de páginas que ya acumula. Fue un gatillazo lo de Pedro y Pablo.

Sánchez y Iglesias se aliaron para llevar a rastras a Rajoy hasta la carrera de San Jerónimo en la confianza de poder estirar el chicle de su comparecencia ante el tribunal y hacerle pasar un rato incómodo.

Objetivo fallido. Lo de ayer fue la nada. Un trámite para el compareciente. Una cosa corta e indolora. Sin sufrir y sin despeinarse.

Les soltó un tostón de derecho administrativo, como dijo Margarita Robles, y luego les dejó hablar, uno tras otro, para que dijeran todo lo que era previsible que dijeran mientras él ponía cara de “a mí todo esto me resbala”. Se copió el presidente a sí mismo, al Rajoy de agosto de 2013, y usó el viejo recurso de retar a los demas a que le presenten una moción de censura. Hombre, ya sabemos. Que el salvavidas que al final tiene siempre a mano Rajoy es uno y sólo uno: él estará en minoría, pero los demás son incapaces de acortar entre ellos un presidente distinto.

Ya comentamos ayer que el desafío lo tenían los portavoces de la oposición. Para dotar de interés al enésimo remake de esta misma película. Y fallaron en el empeño.

No porque a Rajoy no haya mucho que reprocharle por la exhuberancia de casos de corrupción que salpican a su partido, que lo hay, a él que es dirigente destacado del PP desde hace décadas y que nunca mostró el menor ímpetu en aclarar ninguno de sus episodios oscuros. Pero ha recibido ya ya tantas banderillas por el mismo asunto que una de dos, o encuentras una vía nueva por la que entrar empuñando la vara de picador, o el toro, como pasó ayer, no es que se vaya vivo, es que se va taconeando.

Cinco apuntes:

Sánchez hace la oposición en twitter, que no es el mejor sitio para lucirse.

Robles no termina de encontrar su sitio, ni el orden de su discurso, cuando sube en la tribuna.

Iglesias se viene arriba cuando Rajoy le distingue con sus réplicas y le trata como líder de la oposición, pero se diluye cuando eso no pasa.

Rivera tiene ya muy trabajado el desdoblamiento de personalidad: socio del gobierno martes y jueves, ariete contra el presidente de la corrupcion lunes, miércoles y viernes.

Y 5. No es verdad que el pleno de ayer no sirviera para nada. Sirvió para ver en estado de plenitud dramática a este monstruo de la interpretación que es el diputado de Esquerra Republicana Joan Tardá. Que se hable de lo que se hable en el hemiciclo, siempre encuentra la manera de añadirlo a la lista de agravios que sufre Cataluña. Ésta fue la única revelación del debate: la explicación, hasta ahora inédita, de qué es lo que en verdad impulsa a los independentistas como él a querer fundar la República Catalana.

Tardá es, con diferencia, el hombre que más vocea de la cámara. Y por eso cuando dice una estupidez consigue que sea una estupidez estruendosa. Hombre, Tardá, si tanto le asquea a usted la corrupción, de donde primero tendría que irse no es de España, sino de Junts pel sí: que la mitad de la pareja es Esquerra y la otra mitad, el 3 por 100.

En fin, el problema del monodiscurso acaba siendo éste. Que en tu afán por vincularlo todo a la independencia acabas apuntando fuera del tiesto.

Tardá y su adjunto, Rufián, son, sin se fijan, complementarios. Tardá vocea, mueve los brazos, finge escandalizarse por todo. Rufián habla bajo, respeta el punto y aparte al final de cada tuit y se prepara rosarios de preguntas capciosas de las que importa poco la respuesta porque él busca epatar al personal con la agudeza de la pregunta. Tardá quiere ser Dario Fo y Rufián, Perry Mason.

La segunda aportación novedosa del portavoz de Esquerra al debate sobre la cuestión catalana fue elegir como himno oficioso una canción infantil.

No tinc por. Ya ha empezado la apropiación del lema de estas dos semanas tras los atentados en Barcelona, No tinc por, para la causa independentista.

Y la apropiacion del club Super 3. Para que no falte de nada.

Uno empieza apropiándose de la identidad catalana y acaba expropiándoles a los críos el club Super 3 para hacerlo independentista.

En la República Catalana independiente pondrán a Joan Tardá a presentar el club super 3. Que tiemble Dora la Exploradora. Y en los dibujos animados saldrá Rufián como si fuera Batman.

La vicepresidenta sugiere que a los líderes independentistas se les va la fuerza por la boca. Que hablan y hablan y hablan pero luego nunca firman nada.

De momento no han firmado nada. Pero en siete días calculan que estarán firmándolo.

Es un poco ingenuo escandalizarse de que vayan a aprobar sus falsas leyes por decreto y sin respetar los procedimientos parlamentarios. Si se pasan por el arco del triunfo la Constitución no va a pedirles usted que cumplan escrupulosamente los reglamentos.