OPINIÓN

Monólogo de Alsina: "Cuando se vio que Renzi iba en serio, el referéndum se hizo plebiscito"

En este lunes entre el domingo festivo y el martes que también es fiesta. Y que en Italia es lunes de Renxit. La patada en el trasero que le han dado los italianos (la mayoría de los que han querido participar) a su primer ministro. Los referendos los carga el diablo y los disparan los primeros ministros. A Renzi, les dije la semana pasada, se le estaba poniendo cara de David Cameron. Hoy ya no es sólo la cara. Es también la cruz.

Madrid | 05.12.2016 08:10

Resultados.

En rigor lo que han votado los italianos es que no quieren una reforma de la Constitución, al menos en los términos en que la planteó el jefe de gobierno. Cuando Renzi inició esta aventura lo primordial era lo que quería cambiar: la estructura de la administración pública italiana, quitándole grasa y organismos superfluos, achicando el Senado y relegándolo a cámara territorial en lugar de Parlamento bis, recuperando competencias para el gobierno central y reduciendo las provincias y las competencias regionales. Pero llegada la estación términi, cuando se vio que Renzi iba en serio, el referéndum se convirtió en lo que se han convertido, de un tiempo a esta parte, los referendos: un plebiscito sobre aquel que lo convoca. Con ayuda del propio Renzi, que en su empeño en dotar de dramatismo épico a la su mayor operación política, ligó su continuidad como primer ministro a ganar la consulta. El camino más corto para invitar a los votantes a que conviertan las urnas en referéndum revocatorio es ponerte estupendo.

Matteo Renzi, estrella rutilante del centro izquierda italiana, ha caducado antes de tiempo. Llegó al gobierno hace dos años y medio aprovechando el fracaso de Bersani como jefe de su partido, el gobierno tibio de Letta y la ausencia de liderazgos carismáticos en el Partido Democrático. El carisma lo puso él: aun habiendo perdido las primarias, traía el tirón acreditado de Florencia. Renzi casi siempre consiguió lo que se propuso. Esta vez también creyó que lo conseguiría.

Descarrilado Renzi en Italia, fracasado Hollande en Francia, huérfano el Partido Socialista en España, el centro izquierda mediterráneo vuelte a estar ayuno de figura de referencia. El siguiente en intentarlo será Manuel Valls. Aún jefe de gobierno de la republica francesa.

En Austria hay nuevo presidente electo y es lo menos parecido a Trump que quepa imaginarse. Un señor que tiene dos años más que él, 72, hizo toda su carrera profesional en la universidad, como economista, militó en el Partido Socialdemócrata, se pasó a los Verdes, y ha hecho campaña contra el discurso anti inmigración y de ultranacionalismo conservador del llamado Partido de la Libertad.Alexander Van der Bellen ha vuelto a ganar las presidenciales en Austria.

Ya las ganó en mayo, por la mínima y gracias al voto por correo, pero el Supremo atendió una reclamación y ordenó repetir la segunda vuelta. Ahora le ha metido algo más de ventaja Van der Bellen a Hofer: 53 % del voto por el 47 % del ultra. 53-47.

Es verdad que el nacionalismo xenófobo y populista (Hofer también se considera el tribuno de la gente frente al sistema y las élites), es verdad ha perdido, tan verdad como que 47 de cada 100 austriacos que ha acudido a votar ha queriodo hacerle presidente.

Para varios miles de españoles, que han pasado un fin de semana de perros, sintiendo caer agua como si fuera el fin del mundo, viendo sus bajos, sus garajes, sus trasteros inundados, teniendo que refugiarse en las plantas altas, esperando algunos de ellos a que vinieran a rescatarles —los helicópteros de la guardia civil, las piraguas de quien las tuviera—, habiendo tenido que dejar sus casas para pasar muchas horas de angustia en otros lugares y habiendo regresado luego para encontráselas empapadas, los muebles deteriorados, los electrodomésticos averiados, el barro por todas partes; para varios miles de andaluces —de Málaga, de Cádiz—, hoy no hay más asunto que las inundaciones.

Las consecuencias de las lluvias del fin de semana que aún continúan, con menor intensidad, esta mañana. Una mujer muerta en Estepona en el interior de un club de alterne del que no pudo salir, en circunstancias que aún están por establecerse. El empleado de una subcontrata eléctrica que fue arrollado por un torrente en un polígono de La Línea.

Y el Guadalhorce desbordado en Cártama. Las enormes balsas de agua en carreteras principales. La inundación del metro de Málaga.

Hasta media tarde no asomarán los claros. Cuando termine de amanecer, dentro de diez minutos, la provincia de Málaga seguirá cubierta de nubes. Para hoy las tormentas y las lluvias más intensas se esperan en la comunidad valenciana.