EL COMENTARIO DE DE LA MORENA

José Ramón de la Morena: "No se puede permitir a determinados clubs que viajen seguidos de una horda de violentos"

Pendientes del sorteo de la Champions y la Europa Liga esta mañana en Nyom, pero me interesa aún más la decisión de la UEFA y la FIFA sobre el brote de violencia que sufre el fútbol.

@jrdelamorena

Madrid | 16.03.2018 08:48

Porque es muy preocupante y anoche volvió a sufrirlo Bilbao, y la víctima volvimos a ponerla nosotros: un guardia de seguridad, un trabajador al servicio de la sociedad, para proteger a los ciudadanos normales, de los asesinos violentos, que han encontrado en el fútbol una manera de divertirse, cuando no de vivir y extorsionar a gente inocente. Son bandas criminales, que bajo la disculpa del fútbol, viajan y se mueven por el mundo extorsionando y saqueando cuanto pueden de los pedazos de negocio que caen de la mesa del fútbol.

No son simples hooligans, son sicarios que saben lo que buscan y el fútbol es su pretexto. Y como son sicarios organizados y peligrosos, muchos clubs aún les protegen y les dan cobijo por miedo, y ahí es donde deben entrar la FIFA y la UEFA.

No se puede permitir a determinados clubs, como es el caso del Olympique de Marsella, que viajen seguidos de una horda de violentos que se camuflan entre los supuestos seguidores pacíficos del Olympique y que atemoricen a las ciudades por donde llegan. Lo hicieron en Madrid hace unos años, cuando fueron al viejo Calderón a jugar con el Atleti, y pusieron a gran parte del público en grave peligro por su lanzamiento de bengalas. Volvieron a hacerlo anoche en Bilbao, y estoy esperando esta mañana un pronunciamiento claro, duro y valiente de la UEFA, sancionando a ese club de forma ejemplar, como espero que lo haga en Grecia con el presidente pistolero del PAOK de Salónica, y como espero que suceda con todos los rincones donde anida esta lacra asesina, provocadora y pendenciera. Pero temo que sea demasiado esperar.

Suelen llegar siempre tarde, siempre detrás de las víctimas, porque las víctimas nunca las ponen ellos, las ponemos nosotros, víctimas que siempre son trabajadores inocentes. Qué asco…que indignación y qué rabia.