EL COMENTARIO DE DE LA MORENA

De la Morena: "El Atleti de ayer en Azerbaiyán fue una caricatura del que llegó dos veces a la final de la Champions"

La Liga de Campeones cumplió anoche la mitad de sus partidos en este liguilla de clasificación para octavos. Faltan otros tres más hasta la primera semana de diciembre. Parece que el Barça y el Madrid no tendrán problemas para clasificarse, pero el Sevilla y el Atleti lo tienen más cuesta arriba.

José Ramón de la Morena | @jrdelamorena

Madrid | 19.10.2017 08:28

Especialmente el Atelti que necesitaría ganar los dos partidos de Madrid al Qarabag y a la Roma, y posiblemente al Chelsea en Londres. Porque el Atleti de ayer en Azerbaiyán fue una caricatura del equipo que llegó dos veces a la final en estos últimos años. Es como si se hubiesen acostumbrado a jugar atrás esperando salir al contragolpe, siempre defendiendo, y cuando necesitan jugar al ataque, como tenían que hacerlo ayer en Azerbaiyán, ante un equipo humilde, el Qarabag, al que han ganado todos, no supo qué hacer con el balón, porque el Qarabag también se encerró a esperarles atrás, máxime cuando se quedaron con diez.

Muy gastado está ese equipo, que ayer sin Koke no tuvo ni ideas ni apenas ocasiones. Y después el Barça, prisionero de una presión política que Bartomeu consintió y provocó por sus tibiezas y sus inseguridades. Se te hace duro escuchar el grito de libertad de un estadio que se contamina de radicalismo, como si viviéramos en una dictadura totalitaria. No puede haber libertad ni con miedo ni sin leyes. Pero como el Barça es un club que pertenece a sus socios, no estaría mal un referéndum entre sus socios preguntándoles si están de acuerdo en permitir que el Camp Nou se convierta en una plataforma política de los independentistas. Que se pronuncien en secreto y en libertad los socios del Barça. Saldríamos de muchas dudas. Y en ese ambiente el Barça ganó a los griegos del Olympiakos, con diez, por una expulsión que provocó Piqué haciendo una trastada más, absurda, meter un gol con la mano que podía haberse evitado. Pero Piqué es así, y así se gusta a sí mismo.