HISTORIA DE BEATRIZ RAMOS

Neyda Rojas, la monja que pasea sin miedo por las cárceles de Venezuela

Neyda lleva 17 de sus 52 años visitando la Penitenciaría General de Venezuela. Ha visto motines, enfrentamientos entre bandas y secuestros, aunque nunca ha sentido miedo. Está segura de que las balas jamás irán dirigidas hacia ella, que los mismos presos que las disparan, la protegerán. No entiende las leyes internas de la prisión pero dice que tampoco está ahí para juzgarlas. Su misión tras las rejas comenzó durante su noviciado visitando a las internas de una cárcel de Caracas.

Beatriz Ramos

Madrid | 26.11.2015 07:18

Ahora en la penitenciaría hay unos 3.000 presos aunque se hizo para albergar a 750. La Guardia Nacional custodia el exterior, aunque por dentro hay otras reglas no escritas. De hecho una de las veces que entra, dos presos la reciben a ella y a una periodista de la BBC ocultando sus armas para darles la mano. Muchos otros se ponen la camisa en señal de respeto; Neyda acude como voluntaria porque cree que sólo han perdido su libertad, pero no la dignidad y que la mayoría están abandonados. De hecho les ayuda con frases como: “creo en vosotros” ó “tenéis nobleza de corazón”.

Ve su tarea recompensada con pasos tan sencillos como que aprendan a escribir y a leer, lo que les ayuda a entender juicios a los que tienen que acudir, o a saber lo que firman, por ejemplo. También les habla del perdón o de la solidaridad.

Su metro y medio de estatura, su hábito blanco, sus inseparables gafas y su incansable labor ha hecho que los presos la conozcan como "la gota blanca".