HISTORIA DE BEATRIZ RAMOS

La vuelta a la vida de Zunduri tras escapar de la esclavitud

Hace poco más de un año, Zunduri dio por terminados los cinco en los que fue maltratada por la que hasta entonces consideraba su madre adoptiva. Su vida cambió cuando un día, tras discutir con su verdadera progenitora, decidió irse de casa y se puso a trabajar en una tintorería.

Beatriz Ramos Puente

Madrid | 26.04.2016 07:37

Al principio todo fue bien pero las cosas se torcieron y la joven terminó encerrada, atada por la cintura, golpeada con hierros, quemada, y alimentándose de plástico para poder sobrevivir. Uno de esos interminables días, sus captores olvidaron atarla, y Zunduri escapó. Los médicos que la atendieron contaron más de 600 cicatrices en su cuerpo y dijeron que sus órganos eran los de una anciana de 80 años.

Después de un año de libertad, disfruta de placeres como dormirse y despertarse cuando quiere, o cuando el cuerpo se lo pide, comer o ducharse. Valora cada minuto de libertad y dice que una de las claves para su recuperación ha sido su activismo contra la trata de personas que se refleja en la campaña de la Hoja en Blanco.

A Zunduri le ha costado trabajo perdonar y mucho más olvidar y aún tiene miedo de que la propietaria de la tintorería, su pareja, su hermana y sus dos hijas, salgan de la cárcel y se quieran vengar.

De momento disfruta de la reconciliación con su madre y la ayuda en su puesto de venta callejera de la capital mexicana. Sueña con estudiar repostería y con ser madre. Si tiene una hija la llamará “Zúnduri”, el nombre que eligió tras conseguir su libertad y que significa: “niña hermosa”.