TERRITORIO NEGRO

Territorio Negro: Viajes, marisquito y prostitutas. La corrupción viajaba en AVE

Una juez de Barcelona, Silvia López, ha abierto un camino tortuoso, el de investigar si hubo corrupción en las obras del tren de Alta Velocidad, el que va de Madrid hasta Catalunya. La juez acusa a los dos jefes de esas obras por parte del estado, Rafael Rodríguez y Jaime García Germán, de aceptar sobornos y viajes pagados por empresas constructoras a cambio de aprobar que el Estado pagara más dinero, mucho más dinero, por las obras que hacían de momento solo en un tramo del AVE. Explicamos hoy lo que huele mal en esas obras de este tramo del AVE a Catalunya y de muchos otros.

Luis Rendueles y Manu Marlasca

Madrid | 13.05.2014 18:53

Empecemos con el tramo de la obra que ha servido para acusar a los dos directivos de la empresa pública de la alta velocidad. Quiénes son estos señores y por qué están acusados.

Rafael Rodríguez Gutiérrez era el jefe de la línea Madrid-Frontera Francesa del AVE y Jaime García Germán era el director de las obras, su número dos. Están en libertad bajo fianza de 30.000 euros cada uno, acusados de malversación de fondos públicos, cohecho y falsedad documental. Las investigaciones se refieren a un tramo pequeño del AVE a Catalunya, el que va de La Sagrera al Nus de la Trinitat, que fue adjudicado en el año 2008, con el Partido Socialista en el gobierno y Magdalena Álvarez como ministra de Fomento, a la constructora Corsan. El estado iba a pagar a la empresa casi 68 millones de euros por esas obras.

Las obras se complicaron. Y esos cuatro kilómetros de alta velocidad acabaron costando un extra al estado de 13 millones y medio de euros más, que fueron a parar a la constructora, según la juez, de forma indebida. Esos sobrecostes o modificados de obra fueron firmados y aceptados por los directivos de ADIF, encargados de velar por el dinero público.

Y el asunto huele mal porque uno de los contratistas que trabajó en la obra ha contado a la juez que estaba harto de pagar sobornos para que les aceptaran los sobrecostes supuestamente falsos y las constructoras ganaran dinero. Ha contado también, que él mismo pagó un viaje de uno de esos directivos de ADIF a la estación de esquí de Aspen, en Colorado, Estados Unidos, en febrero de 2008, apenas tres semanas antes de que adjudicaran esas obras del AVE a la empresa Corsan.

Trece millones y medio de euros de más aprobados por estos directivos de ADIF, en cuatro kilómetros de vías, qué horror. No queremos pensar en lo que pudo ser la construcción entera del AVE a Catalunya, porque los jefes eran estos dos mismos señores.

Pero hay que pensar, y que investigar. En las grabaciones del caso se habla de otros tramos y otros sobrecostes. El AVE de Madrid a Barcelona, de 621 kilómetros, se adjudicó a las principales constructoras españolas por un total de 6.822 millones de euros. Al final, y todo aprobado por los directivos Rodríguez y García Germán, las constructoras cobraron casi 9.000 millones de euros al estado, es decir casi 2.200 millones extras, un 31 por ciento de sobrecostes que firmaron y legalizaron estos dos directivos. La ministra de Fomento, Ana Pastor, y la empresa ADIF ya han anunciado que va a abrir una investigación sobre todos los tramos. El Tribunal de Cuentas ha detectado algún tramo donde las constructoras lograron que el gobierno les aprobara sobrecostes de hasta un 230 por ciento del dinero por el que consiguieron la obra.

Fue en el tramo de Hospitalet a La Torrassa, en la provincia de Barcelona. Iba a costar 106 millones de euros y las obras, en este caso de la constructora OHL, del señor Villar Mir, iban a durar 20 meses. Al final, tardaron el triple en hacerse y el Estado aprobó pagar a la constructora 354 millones 700.000 euros. Fomento reclamó y consiguió que la empresa le devolviera… 27 millones de euros. Es el caso más escandaloso, pero hay otros tramos con sobrecostes tremendos y que fueron también aprobados por los directivos Rodríguez y García Germán. Y hay un tramo, el que va de El Papiol a San Vicens del Horts, también en la provincia de Barcelona, que es muy muy especial y también está siendo investigado.

Eran tres kilómetros de AVE. El gobierno entonces del PP, con el señor Álvarez Cascos de ministro de Fomento, concedió en el año 2002 esa obra a otra gran empresa, Ferrovial, por 48 millones de euros. La cosa, como ya te estás imaginando, se complicó. La obra se alargó y la constructora pidió que le pagaran al final 69 millones de euros, un extra de 21 millones, un 42 por ciento de más. Los mismos señores Rodríguez y García Germán también firmaron ese sobrecoste.

Un 42 por ciento extra, cuando se supone que en el presupuesto la empresa ya tiene suficiente para obtener un beneficio normal. En fin, pero es que contamos en interviú lo que denuncia un ex trabajador de Ferrovial en esta obra, de este tramo de AVE. Trabajó allí durante más de cuatro años. Y lleva dos años más intentando que alguien le haga caso. Escribió una carta en 2012 al presidente de Ferrovial en la que le relataba lo que él había vivido. Y coincide a grandes rasgos con lo que la Guardia Civil y la juez han descubierto que hacía otra constructora en el otro tramo del AVE.

El ex empleado de Ferrovial, que fue despedido en 2011, asegura que él participaba en comidas con otros representantes de constructoras españolas y los dos altos cargos de ADIF; los representantes del ministerio de Fomento. Que en esas comidas discretas, celebradas en un restaurante cerrado para la ocasión, y que costaban entre 6.000 y 12.000 euros, estaban los jefes del AVE y los representantes de las constructoras. Allí se repartían sobornos y los sobrecostes en las obras. “Quien no acudiera a dichas comidas se podía olvidar de los modificados o sobrecostes (en las obras), que no eran lógicos y que servían para el beneficio de los funcionario del ADIF y de las constructoras”. En otras ocasiones, confiesa este ex trabajador, él mismo se encargaba de organizar otros eventos.

Vamos a leer esa carta del ex trabajador de las obras del AVE a su ex jefe en Ferrovial que publicamos hoy en interviú. Dice: “entre los años 2007 y 2010 hice diversas comidas, tanto para Ferrovial como para ADIF, comprando el marisco y el pescado a mariskito.com y la carne de solomillo a Asturias. También hice la contratación de camareros y cocineros de restaurantes de Barcelona. Todo ello se pagaba con dinero negro”.

Mariskito.com es una empresa gallega que te envía marisco de primera desde el puerto de Vigo hasta donde tú quieras. Algunas de las facturas que este ex trabajador de las obras del AVE ha incorporado en sus denuncias y asegura que fueron para agasajar a los cargos públicos hablan por sí solas. Vamos a leer una de ellas: “Lenguado, cola de rape, dos kilos de percebe gordo, nécoras grandes de la ría, ostra superespecial”. En este caso, mariskito.com regalaba a sus clientes el postre, una tarta grande de Santiago.

Y escuchen porque este empleado de las obras del AVE habla de otro tipo de favores. Le contó a su presidente que tuvo que pagar un viaje a Suiza de uno de los altos cargos de ADIF, también a esquiar, que compró entradas para que los directivos de ADIF fueran a ver al Barça en semifinales de la Champions, también para ver a José Tomás en la Monumental… Y sí, también denunció que tuvo que acompañar a los altos cargos a varios locales de alterne, el Riviera en Castelldefells, y La Paloma Blanca, en la provincia de Girona. “Acudí porque mi jefe de obra se negaba a entrar”, escribió, y la gerente de Ferrovial era una mujer. “Fui con los directores de obra del ADIF; con gerentes y directores de Dragados, de Fomento, Sacyr”…

Ferrovial lo había despedido poco antes, le acusaba de quedarse dinero de la empresa, todavía está pendiente de juicio ese asunto, y su carta era una advertencia, si la empresa no le ofrecía algo, rompería su silencio y denunciaría el asunto. Lo que le respondieron era que todo era falso y que “resulta grotesco que diga que iba a clubs de alterne por el bien de la empresa”.

Desde entonces, este hombre ha denunciado el caso allá donde han querido escucharle, sin demasiado éxito. El pasado mes de diciembre estuvo en la sede de ADIF, donde contó, otra vez, la misma historia, en marzo fue a la Fiscalía Anticorrupción… Y contó, y esto es más tremendo que el asunto de los locales de alterne, de dónde se sacaba el dinero para agasajar a los altos cargos del ADIF.

Él asegura que se facturaban determinados kilos de acero que ADIF pagaba a la constructora. Que en realidad se usaban menos kilos y que el sobrante se vendía como chatarra. Con ese dinero b, que el denunciante cifra en unos 120.000 euros de media, se podían pagar todos los sobrecostes.

Aquí hemos dicho muchas veces que las personas que destapan casos de corrupción no suelen ser trigo limpio, lógico. En el caso Gurtel quien denuncia es un concejal que estuvo tiempo recibiendo dinero de Correa; en los GAL fue otro despechado, José Amedo; en Filesa un antiguo contable, Van Schouwen. Nadie que no haya estado dentro de una organización, de un lobby, de una trama, puede saber cómo funciona. Y hay que añadir que sobre Ferrovial pesa cierta sospecha en Cataluña. Dos altos cargos de la constructora están acusados en el caso Palau de la Música por, supuestamente, pagar dinero que servía para financiar a Convergencia Democrática de Catalunya, para conseguir obras públicas.

En fin, volvamos hacia atrás. Hacia todos esos sobrecostes y retrasos en las obras del AVE. En este caso de Hospitalet, se alertó por parte del servicio de inspección del ministerio que los problemas de las obras eran responsabilidad de la constructora. Fue personalmente la ministra, Magdalena Álvarez, la que desautorizó en 2006 a los técnicos y autorizó por escrito la continuación de las obras (con los sobrecostes que debían pagarse a las constructoras). Dicen los bienpensados que fue para que el AVE no se retrasara durante más tiempo.

Las obras del AVE ya dieron alguna señal extraña. La ministra Álvarez tuvo que comparecer en el Senado en el año 2008. Adif había concedido a Corsan, esta constructora ahora acusada de pagar sobornos, las obras de una estación de maniobras en El Prat de Llobregat. Le iban a pagar 18 millones de euros. El problema, lo desvelaron los compañeros del diario Avui, es que esas obras estaban hechas. Se iban a llevar el dinero por nada. La ministra fue al Senado, dijo que había sido un error de ADIF y que la constructora renunciaba al dinero.

Los compañeros de El Punt-Avui sí hicieron su trabajo y evitaron el desastre. El resto, no miramos. El AVE era moderno, era limpio, era primer mundo, daba votos a los políticos en las ciudades donde paraba, quien se oponía o matizaba era un aguafiestas, un sospechoso perroflauta. Y, no nos olvidemos, el ministerio de Fomento regaba de publicidad los periódicos, las revistas, las radios y las televisiones. Eso ayudaba a que tuviéramos una mirada más dulce y menos inquietudes.

En fin, vamos a ser bienpensados: las obras son un desastre, los plazos no se cumplen y aun así las constructoras en lugar de pagar por los errores y los retrasos, presentan modificados de obra y consiguen que el estado les pague más.

Fue así en el AVE a Catalunya y en muchas otras obras públicas. Durante los años en que José Blanco fue ministro de Fomento, entre 2009 y finales de 2011, no llega a tres años, las obras públicas generaron en España unos sobrecostes, que pagará generosamente el Estado, de 4.776 millones de euros. Durante el gobierno de Zapatero, las obras públicas tuvieron un sobrecoste medio del 12 por ciento, algo tremendo pero mucho más lógico que el 31 por ciento del AVE a Barcelona.

Los proyectos de Alta Velocidad, con ese aire de progreso y modernidad, fueron buen ejemplo. Por ejemplo, el proyecto de los túneles de Pajares, los que unirán por AVE si es que algún día lo veo yo o mi hija, a Asturias con el centro de España. Es una obra compleja y difícil, hay que hacer dos tubos de casi 25 kilómetros cada uno. Pues en el año 2003, el gobierno del PP con el señor Álvarez Cascos en el ministerio de Fomento, concedió la obra, a las mayores constructoras del país: Ferrovial, FCC, Acciona, Dragados, Sacyr, Hispánica. Nos iba a costar casi 1780 millones de euros.

La obra de Pajares está sin terminar, seguimos viniendo por el puerto y los túneles se inundan… El ministro Blanco aseguró en 2009 que se iban a inaugurar y firmó más sobrecostes. De momento, ha costado a los españoles unos 3.000 millones de euros, ya casi el doble del presupuesto. Y para seguir.

Vamos a poner un ejemplo de Alemania, símbolo de sobriedad. El nuevo aeropuerto de Berlín, que se va a llamar Willy Brandt, iba a abrirse en 2007, aun no lo ha hecho. Y va a tener unos sobrecostes de 2.000 millones de euros, un tercio de más sobre lo presupuestado. Eso sí, en Alemania esto es un escándalo de primer orden.

Recuerdo que hubo un político, antes del señor Maragall aquí en Cataluña, que se atrevió a hablar de obras públicas y de sobrecostes y de pagos y sobornos. Fue Josep Borrell, y lo hizo cuando fue ministro de Obras Públicas y Transportes, entre los años 91 y 96. Denunció las prácticas corruptas en el sector y anunció su intención de luchar contra ellas. No pudo. Hemos hablado de esta práctica de sobrecostes, hemos preguntado cómo es posible que nadie ponga freno desde hace años y hemos vuelto a quedar como ingenuos, casi naifs

Una persona vinculada a los servicios de información del estado nos ha hecho una reflexión que vamos a compartir con los oyentes: por qué los dos grandes partidos, PP y PSOE, acabaron colocando como ministros de Fomento, de las grandes obras públicas y los sobrecostes, a sus dos secretarios generales, a los dos encargados del partido, de que funcione bien y tenga dinero: Álvarez Cascos y José Blanco compatibilizaron los dos cargos. Y este hombre, este garganta nos decía: así es más fácil, los de la constructora solo tienen que llamar a un teléfono en vez de a dos.