EN BUENAS MANOS

Alimentos energéticos como los frutos secos o lácteos pueden mejorar la fatiga asociada a cáncer

Aunque no existe una causa biológica clara del porqué de este cansancio, parece que la explicación podría ser tan sencilla como que “el tumor necesita energía y la obtiene del propio organismo”, señala el doctor Enrique Grande, jefe del Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cancer Center Madrid.

ondacero.es

Madrid | 25.04.2018 13:47

La mayoría de los pacientes oncológicos informan de astenia, una fatiga generalizada que suele acompañarles durante todo el día y que, además, se va agravando conforme avanza el día. Aunque no existe una causa biológica clara del porqué de este cansancio, parece que la explicación podría ser tan sencilla como que “el tumor necesita energía y la obtiene del propio organismo”, señala el doctor Enrique Grande, jefe del Servicio de Oncología Médica de MD Anderson Cancer Center Madrid. Por eso, este especialista destaca que la mejor manera de combatir la astenia es la ingesta de abundantes líquidos y de alimentos energéticos como frutos secos, lácteos o embutidos, unos hábitos alimenticios que deberían ir acompañados de actividad física. “Cada uno debería mantener la actividad basal que tenía hasta el momento, que para unos será seguir yendo al gimnasio y para otros seguir bajando a comprar el pan”, apunta este oncólogo, que asegura que la solución a la astenia nunca puede ser reducir la actividad física.

Otra creencia errónea entre la población es que el paciente pierde peso y está cansado porque pierde apetito y come menos cuando realmente, enfatiza el doctor Grande, “es la astenia la que provoca que el paciente pierda peso y no tenga apetito”. Por eso, lo importante no es comer más, sino seguir una dieta rica en alimentos energéticos y unos hábitos de vida que incluyan actividad física.

Además, también es muy importante acudir a la consulta del profesional sanitario ante un síntoma como este, que puede deberse a un crecimiento tumoral, en cuyo caso el reto tiene que ser la reducción del tamaño del cáncer, o a una amplia actividad antitumoral del fármaco. En este último caso, el profesional sanitario puede tomar la decisión de reajustar la dosis terapéutica para disminuir la astenia del paciente oncológico, todo ello con el objetivo de mejorar su calidad de vida.