La red operaba desde Cantabria

Cuatro mujeres liberadas y doce detenidos en una operación contra la trata en España y Reino Unido

La organización sometía a sus víctimas a rituales de vudú-yuyú que consistían en comerse un corazón crudo de pollo mientras bebían whisky y les arrancaban uñas, pelos de la cabeza y vello púbico.

Teresa Díez / Agencias

Santander / Madrid | 21.02.2018 11:36

La Policía Nacional, en colaboración con Europol, la National Crime Agency (NCA) y la NAPTIP de Nigeria, han desarticulado en España y Reino Unido una red internacional especializada en la trata de seres humanos con fines de explotación sexual liderada desde Cantabria.

Los agentes han detenido a 12 personas como presuntos integrantes de la red en Cantabria (7), Vizcaya (2), Alicante (2) y en Mánchester (Reino Unido) y han liberado a cuatro mujeres prostituidas en nuestro país.

El ámbito de actuación de la red se concentraba principalmente en Cantabria pero tenía ramificaciones en diferentes puntos de la geografía española. Destaca la jerarquización y el perfecto reparto de papeles de cada uno de los integrantes de la red que disponía de una fuerte estructura en España, Reino Unido, Italia, Libia, Níger y Nigeria, ha informado el CNP en un comunicado.

La investigación iniciada hace casi un año ha permitido desmantelar un entramado criminal de ámbito internacional dedicado a la explotación sexual de mujeres captadas en Nigeria, valiéndose para ello de otros delitos conexos como la falsedad documental para facilitar su entrada y traslado por el continente europeo. Los agentes llegaron a intervenir hasta 23 líneas telefónicas para demostrar la actividad ilícita de la organización.

La red criminal estaba liderada por una pareja asentada en Torrelavega (Cantabria), quienes eran el nexo común con el resto de integrantes y se encargaban de facilitar la dirección y el contacto de los lugares donde debían dirigirse las víctimas para el ejercicio de la prostitución.

Asimismo, realizaban las llamadas telefónicas a Nigeria para amenazar a los familiares de las víctimas cuando éstas no respetaban los plazos fijados para la deuda contraída por el viaje, o para indicar a los brujos que debían repetir rituales de vudú a sus víctimas para lograr un mayor control.

Además se encargaban de distribuir a las mujeres por todo el territorio nacional amenazándolas mediante el uso de estos rituales.

Las víctimas eran sometidas a rituales de vudú-yuyu. Estos ritos son usados para garantizar la servidumbre de las víctimas y gracias a ellos la organización lograba su objetivo de control con una simple llamada telefónica sin que fuera necesario que las madames estuvieran físicamente en el mismo lugar que la mujer explotada.

Las cuatro víctimas liberadas relataron que fueron sometidas a un ritual que consistía en comerse un corazón crudo de pollo mientras bebían whisky y les fueron arrancadas parte de las uñas, pelos de su cabeza y vello púbico. Con ello las víctimas se comprometían a pagar la deuda contraída por su viaje a España y a no denunciar a sus explotadores ante la Policía pues, de ser así, sufrirían grandes males no sólo ellas, sino sus familiares en Nigeria.