Audiencia Provincial de Madrid

Cinco años de prisión por disparar a un niño en el pecho con una carabina

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a cinco años de prisión a un exmilitar que disparó desde su ventana con una carabina de aire comprimido a un niño de once años de edad que jugaba con un amigo en la calle y a quien impactó en el pecho.

ondacero.es

Madrid | 25.10.2017 14:28

Audiencia Provincial de Madrid
Audiencia Provincial de Madrid | Europa Press

La Audiencia condena al procesado, José S.A., de 35 años de edad, por un delito de lesiones agravado por el hecho de que usara un instrumento peligroso, que la víctima fuera menor de 12 años y que actuara con alevosía, pero le absuelve de las acusaciones de intento de homicidio e intento de asesinato que plantearon el fiscal y la familia del menor.

Además de la pena de cárcel, se prohíbe al procesado acercarse a menos de mil metros del niño o comunicarse con él durante diez años y se le impone una indemnización total de 58.000 euros.

Los hechos ocurrieron en el verano de 2013, en concreto en la tarde del 23 de julio, en la calle Virgen de la Oliva de Madrid, donde el niño se encontraba jugando al fútbol con un amigo.

El acusado, según el relato que los jueces consideran probado, se encontraba en su vivienda, situada en un primer piso, y desde la ventana apuntó al niño con un arma "que no ha sido identificada" y disparó "con intención de causar un menoscabo físico al menor", que jugaba "tranquilamente" y no tuvo ninguna opción de reaccionar.

El proyectil impactó en el pecho del menor, aunque, a juicio del tribunal, no ha quedado probado que quisiera acabar con su vida.

El chico tuvo que ser operado, pasó nueve días hospitalizado y treinta impedido. Mantiene un "cuerpo extraño" en el pulmón, con riesgo de que se complique y sea necesaria su extracción.

Por su parte, el autor del disparo fue detenido siete días después y estuvo en prisión preventiva hasta el 8 de octubre, para después salir en libertad con prohibición de aproximarse al menor.

El procesado negó durante el juicio haber disparado al niño, aunque admitió tener una carabina de aire comprimido, que entregó a la Policía voluntariamente, y reconoció tener buena puntería tras haber sido militar profesional.