PODCAST I Episodio 1

Elecciones en el Reino Unido: ¿Por qué los británicos votan en jueves?

Cada cinco años, el primer jueves de mayo, Reino Unido decide su futuro. Con uno de los escenarios más inciertos en décadas, los líderes de los principales partidos buscan el voto de los británicos en la calle, los medios, las redes sociales. Puerta a puerta, debate a debate, discurso tras discurso. Tuit tras tuit. Quedan 24 días.

Juan Carlos Vélez | @jcvelez

Londres | 13.04.2015 16:38

La fecha marcada en el calendario es el jueves 7 de mayo. Desde las 7 de la mañana hasta las 10 de la noche, millones de británicos están llamados a las urnas para decidir quién -o quienes- tomarán las riendas del Reino Unido durante los próximos 5 años.

Millones de ciudadanos mayores de 18 años, británicos o residentes en Reino Unido de países de la Commonwealth o la República de Irlanda, que hasta el 20 de abril tienen de plazo para registrarse online si quieren depositar su voto el día de la elección en su colegio electoral o hasta el 21 si tienen previsto hacerlo por correo.

 

Los británicos votan en jueves

¿Saben por qué en Reino Unido se celebran los comicios en jueves? Es más una convención que un requerimiento legal, aunque sí es cierto que el parlamento establece que las elecciones generales -particularmente- se celebran el primer jueves de mayo, cada cinco años. Una teoría, la más asentada, tiene mucho que ver con los hábitos y costumbres de los británicos y con su particular sentido del humor. Años atrás, los trabajadores recibían su salario los viernes. El jueves era el día de la semana al que llegaban con apenas unos chelines en los bolsillos -y eso con suerte- y por tanto era la forma de asegurar que no estuvieran demasiado beodos para emitir su voto. Hay otra teoría que tiene que ver con la llegada de productos frescos a los mercados y la mayor afluencia de público. Pero, como digo, la más aceptada es la de la probabilidad de mantenerse sobrio cuando de elegir gobernantes se trata.

El próximo 7 de mayo hay mucho en juego en Reino Unido. Hay mucho en juego para el primer ministro, el Conservador David Cameron, que lo ha sido durante cinco años y que pretende serlo durante cinco más, únicamente cinco más (porque ha descartado recientemente un futurible -y muy optimista- tercer mandato). También mucho en juego para Ed Miliband, el líder de la oposición laborista que encabeza tímidamente las encuestas de intención al voto y confía en aprovechar el voto de castigo al gobierno por las medidas de austeridad durante este mandato para ser elegido el próximo inquilino del 10 de Downing Street.

Pero en estas elecciones hay mucho más juego del que proponen únicamente Conservadores y Laboristas. El bipartidismo no se va a romper, el sistema electoral británico favorece que sean estos dos partidos los que ganen mayor número de escaños -ahora explicamos por qué- pero sí va a ver cómo el resto de partidos, varios de los cuales sólo desempeñaban un rol residual en el anterior parlamento, jugaban en una división inferior, ahora de repente se tornan como claves. Pelean por hacerse con la llave de Gobierno. Porque lo que parece claro a la luz de los sondeos es que Conservadores y Laboristas van casi a obtener idéntico porcentaje de voto y, en ambos casos, insuficiente para formar un gobierno por sí mismos.

El votante británico está dispuesto a castigar en las urnas las medidas de austeridad del gobierno en coalición de conservadores y liberaldemócratas, y a un partido laborista que no parece haber obtenido la suficiente ventaja de ello desde su oposición.

 

Se vota a un candidato, no a un partido

650 circunscripciones con un diputado electo por cada área:

533 en Inglaterra

59 en Escocia

40 en Gales

18 en Irlanda del Norte

En el sistema electoral de Reino Unido, los votantes escogen a un representante -a un candidato- por cada área, en lugar de votar por un partido u otro. Y el candidato que reciba más votos, un sólo voto más que el resto de contrincantes, gana el escaño en el parlamento. Por eso el sistema todavía beneficia a esa tradición del voto en clave bipartidista, por eso es tan importante la campaña de cada candidato en cada circunscripción y por eso se localiza tanto la estrategia de campaña y se concentran los esfuerzos en aquellas áreas que pueden aportar más diputados a la suma final de cada partido.

Es como si en España escogiéramos a los miembros del parlamento a través de nuestras elecciones municipales. No exactamente, pero bastante parecido.

650 escaños en la Cámara de los Comunes del parlamento británico están en juego. La cifra mágica para ganar unas elecciones con solvencia son, por tanto, 326 diputados… pero, a la luz de los sondeos, por ahora, parece bastante improbable que ningún partido -ni siquiera los dos mayoritarios- vaya a alcanzar esa cifra.

Y por eso el resto de partidos van a tener tanto que decir en el futuro de Reino Unido, al menos, hasta el primer jueves de mayo de 2020.

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