ECC Ediciones publica Leyendas del Abismo Vol. I

Ese niño grande y oscuro (y no es Raphael)

Esta es la historia de un niño al que le gustaba vestir de negro y soñar con ser escritor. Cada tarde, después del colegio, olvidaba las burlas de sus compañeros, llenándose la cabeza de hadas, piratas, dragones, detectives y cualquier cosa que cayera en sus manos. Un día creció y descubrió que sus sueños se habían hecho realidad, pero esa realidad no era como él había soñado pues en el mundo en el que vivía no podía escribir ni de hadas, ni de piratas, ni de dragones y detectives, sino reportajes sobre músicos y escritores mediocres, personajes de moda y un sinfín de aburridas banalidades. Y pasó el tiempo y creció aún más y para su sorpresa, descubrió que en algunos cómics se publicaban historias similares a aquellas que leía cuando era niño. Y decidió probar suerte. Hoy, para deleite de los amantes de las historietas, Neil Gaiman, a punto de cumplir los 52, (¡felicidades machote!), es uno de los mejores y más originales guionistas de cómics de todos los tiempos… y sigue vistiendo de negro.

ondacero.es

Madrid | 08.11.2012 11:46

Neil Gaiman. Portada.
Detalle de 'Orquídea Negra', con el inconfundible estilo de Dave McKean. | Héroes y Villanos

Neil Gaiman (Portchester, Reino Unido, 1960) comparte, tras su maestro y amigo Alan Moore y Frank Miller, antes de que se le fundieran los cables, el honor de ser el guionista de cómics más conocido del planeta. Pero eso es ahora, antes pasó más de dos décadas escribiendo y de lo lindo. Como decíamos, lo suyo fue vocacional y ya desde principios de los 80 compaginó su labor profesional como periodista con la publicación de pequeños cuentos y relatos. Aunque no sería hasta el descubrimiento de la obra de Alan Moore que su trayectoria profesional girase hacia las historietas. 1986 será un año clave en su carrera: Alentado por el propio Moore, publicará cuatro piezas breves en la revista británica 2000AD y lo que fue aún más importante, un joven y recién graduado por la Berkshire College of Art & Design, Dave McKean, se cruzará en su camino. Juntos, crearán Casos violentos (1986), obra que les situará en el punto de mira de una DC Comics oxidada, como diría la Montero y a la caza urgente de británico talentoso. La editorial contactará con ellos y les dará carta blanca para elaborar un proyecto propio sobre alguno de los superhéroes de la compañía. El resultado será Orquídea negra (1988). El éxito fue tal que, en plena vorágine de revisiones de superhéroes clásicos, la compañía le encargaría que revitalizara otro de sus personajes en una serie mensual. Así nació The Sandman (1989) tercera versión del personaje homónimo creado en 1939 y una de las series más laureadas, vendidas y premiadas de la historia. Durante 75 episodios Gaiman experimentará con toda clase de soluciones narrativas, mitológicas y gráficas, rindiendo un sincero homenaje a sus lecturas favoritas y demostrando que el talento y los topes de intelectualidad no tienen por qué ser rebajados ni estar reñidos con el favor del público. Sí señor, lo había conseguido. El éxito de Morfeo, rey del Sueño, permitirá a Gaiman poder hacer cualquier tipo de proyecto: desde cómics como Los libros de la magia (1991), Señal y ruido (1992), Angela (1993), Mr Punch (1994) y un largo etc…hasta novelas como Buenos presagios (1990) junto a Terry Pratchett, Neverwhere (1996), Stardust (1999) o Coraline (2002) … Pasando por cuentos infantiles El día que cambié a mi padre por dos peces de colores (2003) o guiones de cine Mirrormask (2005), Beowulf (2007),… Y como diría la otra hasta aquí puedo leer… que si no, no acabamos nunca. Lo cierto es que la mayoría de estos títulos os sonarán porque han tenido su adaptación al cine o a la TV. Por cierto, para el que no lo sepa, The Sandman volverá en 2013, porque según el autor todavía quedaban cabos sueltos…

Bueno que me voy por las ramas. En fin, todo esto venía al caso de la publicación de Neil Gaiman: Leyendas del abismo vol. I, tomo en el que se recopilan la citada Orquídea negra y La cruzada de los niños (1993). Vayamos por partes.

Podríamos decir que Orquídea negra es una historia de violencia para no violentos y quedarnos tan panchos… pero no, no es sólo eso. O sí. Pero con matices, porque el elemento novedoso es el tratamiento de esa violencia. Aún hoy, con independencia de su calidad, la mayoría de los cómics siguen funcionando con los mismos clichés: alguien violento salva al mundo mediante elecciones violentas que desatan acciones violentas. O lo que es lo mismo ¡ZAS! ¡ZAS! ¡ZAS! ¡POW! Barra libre de hostias, no sé si me entienden. Lo que ha convertido a esta historia en una pequeña joya y a sus autores en lo que son hoy en día es lo que hay más allá. Rebobinemos.

El hombre que ha atrapado a Orquídea negra se planta delante de ella y le suelta: Eh… ¿sabes una cosa? He visto las pelis de James Bond. He leído los cómics. ¿Sabe lo que no voy a hacer? No voy a encerrarla en el sótano antes de interrogarla. No prepararé ninguna complicada trampa con rayo láser mortal, para dejarla sola y que pueda escapar. Eso es una bobada. ¿Sabe lo que sí voy a hacer? Voy a matarla… y se la carga. ¡A la prota! Tranquilos no es spoiler, estamos en la página 5. Lo que intento decir es que éste cómic como lo fueron Miracleman, Watchmen o La cosa del pantano de Alan Moore o El regreso del caballero oscuro, Electra asesina o Daredevil de Frank Miller son historietas diferentes porque rompen con lo establecido, nos muestran caminos inexplorados hasta la fecha… Si a eso le añadimos el personalísimo estilo de Gaiman con esa facilidad innata para transformar mitologías, sus elipsis, sus metáforas, esa prosa poética y, por supuesto, Dave (mi querido) Dave Mckean, me van a perdonar pero es que siento especial predilección por este tipo y por cómo usa el color y esa mezcla de fotorrealismo y expresionismo onírico que caracterizarán su posterior trabajo (portadas de The Sandman, Batman: Arkham Asylum, Cages). Y sé que, en un principio la sombra de su admirado, Bill Sienkiewicz (¡otro que tal baila!) es demasiado alargada pero… En fin, me callo que parezco uno de esos friquis de los que intentábamos huir cuando imaginamos este blog. Lo dicho, Orquídea negra es una obra imprescindible como casi cualquiera de las muchas que han realizado mano a mano estos dos genios de la historieta y que algún día prometo dedicarles su merecida entrada. Y pensar que lo hicieron con 25 años… Yo a esa edad sólo hacía botellones…

La segunda de las series que aparece en este Leyendas del abismo es La cruzada de los niños. Lo siento, es superior a mí. Hagamos un poco de memoria. A comienzos de los 90 eran tantos y tan exitosos los títulos de la DC publicados por autores ingleses (Hellblazer de Jamie Delano, La patrulla condenada de Grant Morrison, Shade, el hombre cambiante de Peter Milligan y, por supuesto, The Sandman) que la editora Karen Berger decidió agruparlos en un sello propio dentro de la editorial, al que llamaría sin ir más lejos Vértigo. Fíjate tú. La Cruzada supondría la consagración de esa nueva línea.

En esta serie, Gaiman construyó una intriga detectivesca cargada de fantasía, mitos y leyendas en donde todos los niños de una pequeña aldea inglesa desaparecen de la noche a la mañana. La única niña que queda en el pueblo contratará los servicios de una peculiar agencia de detectives infantiles. Siguiendo una serie de pistas, los detectives descubrirán que tras las desapariciones… Uy, lo siento, no puedo escribir más porque me he quedado sin espacio. Si queréis saber cómo acaba tendréis que haceros con este tomo. Lo sé, lo sé, ha sido un auténtico ¡zas en toda la boca!

Edición original: Neil Gaiman: Leyendas del abismo. Vol I

Publica: ECC Ediciones

Guión: Neil Gaiman

Dibujo: Dave McKean, Sergio Aragonés, Chris Bachalo, Peter Snejbjerg

Formato: Cartoné, 317 págs. Color.

Precio: 30€