30ytantos: Probar cosméticos gratis

Antes de que te cuente de qué va y cómo te puedes inscribir, un par de cosas que debes saber, por tu tranquilidad y la de todos.

No todo lo que nos echamos en la piel es útil. Ni menos aún cumplen lo que prometen. Pero que no te quepa duda de que la mayoría son seguros, algunos más que otros, porque pasan los controles para que lo sean.

Los tratamientos cosméticos se han convertido en un artículo de lujo y como en todo lujo, el valor y el precio es algo muy subjetivo. No en vano la Universidad del país vasco hizo una encuesta entre 355 mujeres preguntándoles si compraban cosméticos porque les eran útiles o porque les hacía sentirse mejor, dando como resultado que las razones emocionales pesaban más que los efectos.

Al margen de esto, detrás de una diferencia de precio entre unas cremas y otras están las patentes y el I+D que ha hecho que sea como es. En nuestro país la patente del descubrimiento de un principio activo se da por cinco años desde que solicita y puede renovarse un máximo de 25. Dicen que se pagan unos 700 euros por una molécula y hasta 35.000 por una patente europea.

Para que te hagas una idea hay cremas que llevan más de una treintena de patentes y otras que esperan a que prescriban para utilizar ese trabajo de investigación que han hecho otros.

El lujo se paga. Eso es tan cierto como que su precio muchas la mayoría de las veces, no está justificado. Y más en los tratamientos cosméticos que no son para todas las pieles ni para todas las personas.

En cuanto a los controles que pasan antes de salir al mercado, te recuerdo que desde el año 2013 Europa prohíbe la experimentación animal en productos cosméticos, tanto en los fabricados en la unión como fuera de ella. Hoy en día se utiliza tecnología y otras vías más éticas para fabricar un producto seguro y una vez en el mercado, que lo consideremos más o menos efectivo, es otra historia. Entre otras razones porque a veces construimos expectativas imposibles o porque la publicidad nos lleva a soñar.

Hete aquí que a Liliana Ajuelos experta en dermo-cosmética se le ha ocurrido la gran idea de montar “el Club de las Testadoras” donde gratis puedes probar y valorar productos para ayudar en la compra a otras personas.

Una web que en realidad es un club de belleza online donde hay testadores y testadoras que prueban gratis un tratamiento y lo valoran, aunque la valoración no sea del agrado del laboratorio que lo ofrece. Ahí radica la gracia y su éxito.

Una iniciativa donde puedes testar un producto que ya está en el mercado, no confundir con ser conejillo de indias, y sin injerencias, recomendarlo o no a futuros consumidores.

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